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jueves, febrero 26, 2009

APASIONANTE SCHULZE

Hace unos pocos años escribía el siguiente relato corto sobre la ascensión del Doctor Gustav Schulze al Naranjo de Bulnes.




.............................GUSTAVO SCHULZE Y EL PICU

Un atardecer del año 1907, se encuentran reunidos compartiendo mantel, a la vera de la ría de Tinamayor el conde de S.Saud, Pedro Pidal Marqués de Villaviciosa y un tercer personaje, alto, de un metro ochenta de estatura y poblados bigotes decimonónicos.
En un instante se va a producir uno de los más emocionantes episodios de la historia de los Picos de Europa.
El tercer convidado que no es otro que el geólogo alemán Gustavo Schulze, toma la palabra y en aquel apacible ocaso en Unquera se dirige a sus dos acompañantes

.“Llegué a la cumbre y para mi sorpresa encontré dos botellas de vino una llena y la otra con un mensaje en su interior, dónde usted d. Pedro invitaba al segundo ascensionista a degustar el preciado néctar, puede usted jurar que así lo hice, trasegando el sobrante a mi cantimplora”

Echó, el doctor, mano a su cartera y sacando el documento se lo entrega al Marqués, éste presa de la más intensa emoción, apenas puede articular palabra...........

Cuenta S. Saud posteriormente que, en efecto, la cordada Pidal/Cainejo, había acopiado dos botellas de vino hasta la cima, bebiendo una para celebrar su victoria y templar los nervios, de paso, y abandonando la otra para disfrute de posteriores ascensionistas.

El doctor Schulze había nacido en México, de padres alemanes, conoció los Picos de Europa, por cuestiones relativas a su profesión de geólogo, aunque sus trabajos publicados mas tarde en Alemania y México, no fueron conocidos en España. Era evidentemente un alpinista experimentado, conocía el uso de las clavijas y dio buena muestra de ello en el descenso del Picu por la cara sur, tras haber trazado sobre la montaña uno de los más elegantes itinerarios del Macizo.
Cuanto daríamos hoy por haber sido testigos de aquella ascensión.






Un hombre, en completa soledad, se dirige con paso firme sobre las empinadas pedreras de la canal de la Celada, un uno de Octubre, del año 1906. Va en busca de una marcada plataforma situada bajo los paredones de la cara este de la Montaña, dónde se alza adosada una gigantesca lastra de más de cien metros de altura ,un capricho al que la naturaleza ha dotado de la forma de una colosal” Y”.Su aguda intuición detecta un elegante diedro que fractura la placa veinte metros a la izquierda de la base de la “Y”,tras un breve descanso ,inicia la escalada superando con decisión los primeros metros hasta encontrar un nicho, dónde se detiene a observar la ruta a seguir ,una llambria que va ganando verticalidad, le permitirá situarse en la chimenea que conforma la gran pared de la cara este y el ramal derecho de la adosada “Y” y que ya desde la propia Celada había detectado , un paso, casi desplomado, le permitirá introducirse en la misma que en principio muy estrecha va haciéndose mas ancha a medida que nuestro hombre gana metros a la montaña con la técnica de oponer espalda y extremidades por su interior.
Llegado a lo alto de la “Y”, en una cómoda repisa, de nuevo el Doctor ha de analizar el “camino”, sabe, pues ha estudiado la Montaña que ha de realizar un extraordinario flanqueo a la derecha, una travesía en busca de las marcadas canales que como garras hienden la pared norte del Urriellu y que sus dos antecesores, el Pastor y el Marqués utilizaron sabiamente en la primera ascensión. Rastrean sus ojos las extraordinarias paredes que se alzan sobre su posición, rutas que serán recorridas muchos años después.
Con germana determinación comienza a “devolar” el pasaje, cruzará primero hasta el ramal derecho de la gran lastra, de ahí, solo un alarde de arrojo, le permitirá superar un marcado espolón sin visibilidad lateral pero con un abismo bajo sus pies que ya se extiende hasta las Arenas de Cabrales, dos mil metros más abajo y le permite vislumbrar el mar Cantábrico en el horizonte .Cual será la sorpresa de éste hombre al alcanzar la gran repisa de la cara Norte y comprobar su magnitud, tal que pilares de catedrales góticas colosales se alzan ante el verticales espolones , desplomes que son bóvedas naturales, sin duda recorrerá en soledad, henchido de gozo, uno de los regalos más hermosos con que la geología, muchos dirán Dios, adornó los Picos de Europa
La Gran Cornisa va haciéndose mas estrecha a medida que recorre la cara norte, en dirección oeste, hasta desaparecer, esto ocurre a la altura del entronque con la gran chimenea que asciende abriéndose como un gran embudo hasta ganar la propia cumbre del Picu
Es Octubre, discurrían los primeros metros de la ascensión por las soleadas vertientes de la cara este, pero la travesía ha llevado a nuestro buen amigo el doctor bajo la sombría norte, expuesta además a las brisas y vientos. La temperatura ha descendido no pocos grados, y ahora se enfrenta a algunos de los pasos mas expuestos de la ruta.
Nunca viene mal un descanso, seguramente pensaba Schulze mientras recorría tranquilamente la Gran Cornisa, quizá al enfrentarse de nuevo al rigor de la escalada no lo viera de la misma forma, decíamos que ésta desaparecía bruscamente en un punto bajo las grandes chimeneas, es además otro de los lugares dónde hay que intuir la vía, puesto que la visibilidad está limitada por la misma pared, allí hubo de echar mano de nuevo de su valor y su técnica, es indudable que a partir de ese punto su ruta enlazaba con la de sus antecesores, no obstante esos primeros pasos, abandonando la seguridad de la cómoda repisa, para enfrentarse a un terreno vertical y a un abismo de cuatrocientos metros bajo sus pies hasta el fondo de la canal de la Celada, seguro pusieron a prueba los templados nervios del teutón, que placer verle remontar las angosturas de las canales, las panzas de burra ,imaginarlo salir triunfante a la cumbre en completa soledad.
Pero aun no termina este hombre de sorprendernos, tras reponer fuerzas y recoger la tarjeta y el vino abandonados por Pidal y el Cainejo, se dirige sin dudar anfiteatro abajo, por los vírgenes despeñaderos de la cara sur, en lo que sería el primer descenso de la misma, destrepando hasta lo humanamente posible, continua descendiendo por medio de rapell abandonando en su afán las primeras clavijas utilizadas en el Naranjo y en España.
Si la primera ascensión de 1905 nos llena de admiración, la expedición del doctor Gustavo Schulze es uno de los más bellos capítulos de la historia del alpinismo.


Este relato, una visión personal y romántica de esta primera memorable, contiene como se ha demostrado a través de los cuadernos del propio Schulze; una, podríamos decir en leguaje actual, leyenda urbana y no es otra que la que concierne a las botellas de vino que en honor a la verdad nunca existieron. Aunque no me negareis que de haberlo hecho cualquiera lo hubiera agradecido y como mito costumbrista no tiene precio.
El que suscribe, tiene un cariño especial a la ruta Schulze. No en vano, gané por ella en mi juventud, la anhelada cumbre del Picu por primera vez. Con los años y al ir adquiriendo experiencia y sobremanera, conocimientos en la historia de nuestro deporte; uno se da cuenta de la medida real de la ascensión en solitario del doctor y el no menos apasionante descenso por la, hasta entonces virgen, cara sur.

Y la profunda ignorancia con la que me adornaba...Aprendí, eso sí.

Sobre el personaje, extraordinario sabio decimonónico, solo recomendar el libro que tras veinte años de investigación se ha publicado. Gustav Schulze en Los Picos de Europa.Sobre este apasionante volumen decíamos esto, para la radio :

GUSTAV SCHULZE EN LOS PICOS DE EUROPA.




Elisa Villa Otero, Enrique Martinez Garcia, Jaime Truyols Santonja y Peter Schulze Cristalle nieto del geólogo firman esta joya, no debemos olvidar a Erich, hermano de Peter que asumió la compleja tarea de transcribir los cuadernos de campo del abuelo.




El maestro anciano.Fijaros en el calzado.......¿Dónde hay que firmar?

Gracias a estos profesores y catedráticos que durante más de veinte años estudiaron e investigaron los trabajos de Schulze sabemos hoy en día que éste era una auténtica eminencia. En sus estudios de la geología cantábrica se adelantó décadas e investigó un territorio que hoy en día daría sobradamente para plantear unas diez tesis doctorales.

Por otra parte en sus cuadernos da cuenta también de su pasión montañera describiendo con precisión sus actividades y las de sus contemporáneos, lo que ya dado pié a alguna sorpresa como la ascensión a la Torre de Santa María por el corredor del Marqués, un año antes que éste. También se nos viene abajo la romántica historia de las botellas de vino de Pidal y el Cainejo en la cumbre del Picu y otra aún de mayor enjundia que nos reservamos, puesto que ahora mismo está en proceso de investigación por parte del profesor Ballesteros Villar.
Schulze fue en suma un extraordinario Alpinista, un poeta y un Científico riguroso, un sabio a la vieja usanza. Que recalara en los Picos de Europa ha sido una suerte y un lujo impagable. Que hayamos sido capaces de reconocerlo y valorarlo nos honra a todos. En lo deportivo a los escaladores que siempre le hemos venerado. En el aspecto científico a estos magníficos profesores de la Asturiana Universidad de Oviedo que con su paciente trabajo nos legan y redescubren una historia extraordinaria y por supuesto a la familia Schulze sin cuyo concurso y colaboración no hubiera sido posible que de vez en cuando y en esta ocasión memorable así es, podamos sentirnos orgullosos de ser asturianos.

Y es más, tas entablar amistad con Elisa, tuve el honor de escribir lo siguiente para ella. Mi mujer dice: Que es una carta de amor.










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Querida Elisa:


Agradezco tus palabras de todo corazón. No es habitual en los tiempos que nos ha tocado vivir reconocer en nuestros semejantes pasiones alejadas del mercado de la moda. Como no es sencillo, de igual manera, hacer de nuestras convicciones estilo de vida.






Dices y ¡¡¡ por todos los diablos!!! Tienes razón, soy un escéptico, y algo más, que quizás no te atrevas a decirme: hay veces que me reconozco como un cínico. No deja de ser una actitud defensiva, propia de especimenes como yo, grandes tímidos en lo substancial de nuestra precaria existencia.





Nuestro abuelo Schulze se dejaba arrebatar por la belleza. Apostaría mi vida que hubo de sufrir mucho viendo discurrir a lo largo de la suya, ese sin fin de tragedias sin nombre que masacraron la humanidad y a la humanidad durante su existencia. Y lo que es peor, si pudiera vernos ahora, seguro se horrorizaría al constatar lo poco que hemos aprendido.

El otro día, cuando me decías que no podías venir al programa al tener comprometida una opera, apostillabas que no era una cuestión de snobismo. Uno, que se fija mucho en los pequeños detalles, no pudo menos que sonreírse en lo más profundo. ¿En que mundo vivimos, donde justificamos o nos vemos en la obligación de hacerlo, por el hecho de ir a escuchar a Mozart ?





Sencillo de entender, viendo a algunos “calienta sillas” en la platea... ¿Verdad?

No veo el instante de ver, oler y tocar esos diarios. Lo que a mi me ocurre con Schulze, me resulta inexplicable y a la vez maravilloso. Cuando recorro lugares de Picos por los que anduvo “El Maestro”, te prometo que tengo la sensación de que está conmigo, cuando leo algo que ha escrito, me resulta familiar, rallando el "dejâ vu" Desde muy joven, como a él, me ha gustado sobremanera el alpinismo solitario, independientemente de la dificultad técnica, en ese tipo de actividades alcanzas un estado de concentración similar al de la lectura sosegada y profunda o al de escuchar esas operas irrepetibles,¡¡¡ que afortunados somos al tener los Picos en el patio de nuestras casas!!!!.





No me considero una persona envidiosa, creo firmemente que el capital pecado de la envidia no arrienda la ganancia, pero ¡¡¡ay amiga!!!! en lo que concierne a la joya que habéis escrito, me ciega la pasión, que gran aventura habéis vivido, me puede, me muero de envidia.





.................................................... Alfredo







En honor a la verdad, el Doctor había subido el día anterior al de su memorable escalada hasta la base del Picu y desde la misma efectuó dos exploraciones. La primera un acercamiento intuitivo a la Vía Pidal /Cainejo, decimos esto último puesto que Schulze solo tenía vagas e inexactas referencias, hasta aquellos momentos, de la ruta seguida por sus antecesores y la segunda reconociendo los primeros sesenta metros de la que sería a la postre su propia ruta de ascenso.

“ Examiné desde las llambrias el camino hacia arriba de la chimenea, pero lo que vi fue tan poco incitante…… que preferí para no desanimarme, volver a bajar para seguir al día siguiente…… prometiéndome en caso de fracaso, no volver a tocar mas aquellas terribles peñas”

Pasa una noche de perros, sin material de vivac, no olvidemos que era treinta de septiembre y llega a vaciar el cargador de su Browling contra la peña.

“……..me apliqué con entusiasmo a la tarea de satisfacer mi apetito con las manzanas y el jamón que traía en el morral y mi sed con dos litros de agua que había llevado…..pronto se me nublo la alegría al ver que para el día siguiente solo me quedaba un trozo de pan”

Solo le consuela el hecho de disponer de una buena reserva de tabaco, de la lectura de sus diarios, se puede inferir, que se refugió bajo una de las grandes piedras situadas bajo la cara este del Urriellu. Pero no durmió gran cosa, que digamos.

“Un silencio helado se echó de repente sobre toda la tierra…. Casi llegó a sobrecogerme……para romperlo, saque mi pistola y empecé a disparar hacía las murallas amenazadoras que respondían a cada disparo, con un eco retumbante…….no pude dormir…….para calentarme subí a la collada y baje de nuevo”

Con toda seguridad, se refiere a la collada que da vista al Jou Tras el Picu y al flanco Sur del Naranjo.

“Ya de madrugada comencé a cantar para distraer lo pesado de aquella noche”

En ese instante vuelve a subir hacía la collada con la intención de ganar lo antes posible los primeros rayos de sol. Es entonces cuando decide entrar a la cara Sur. Irónicamente escribe tras dar con un resalte insuperable.

“Me puse de mal humor al reconocer mi tontería de haber querido subir por allí sin haberlo pensado suficientemente, pero me alegré al verme abajo sano y salvo.
Al preguntarme hoy en día que me indujo a buscar aquel camino desesperado en la muralla Sur del Pico, creo encontrar la causa, en la aversión inconsciente que me producía la pared oriental, repugnancia que estaba mezclada con algo de horror”

Tras estas aventuras nocturnas y vespertinas a las diez y media de la mañana del día uno de Octubre de 1906, comienza el Alemán el intento que estaba llamado a convertirse en definitivo, permitiéndole en dos horas y media (ahí es nada) alcanzar la cumbre del Picu, por la que y un siglo después, es una de las rutas clásicas más bellas de las que tenemos conocimiento.


La entrada en la segunda reunión (Arriba) es uno de los pasos más fuertes de este sector de la ruta, IV+/V-. Va en gustos…
Dice el maestro en sus diarios……

“La inclinación de este trozo, aumentó extraordinariamente……siendo los apoyos cada vez más insignificantes y menos frecuentes……Cuando llegué a la chimenea (La foto está sacada desde ese punto) las manos me temblaban y tuve que descansar antes de que me fuese posible amarrar mi saco
……. A fin de izarle más tarde por la chimenea.






Una vez superada la chimenea, comienza un largo flanqueo desde la parte superior del ramal izquierdo de la Y, punto en el que hacía arriba continua otra gran clásica, la Cepeda.
En un largo se ha de ganar el ramal derecho de la gigantesca Y.




Desde la reunión del ramal derecho, vista al izquierdo. Atrás se aprecia la Torre del Carnizoso, la Aguja de los Martínez y Collada Bonita.
Continuar atravesando por un hermosísimo pasaje durante unos veinte metros, para remontando, hollar La Gran Cornisa.
De este aéreo tramo, sobremanera los últimos metros de travesía, antes de enderezar el largo hacía arriba dice Schulze……..





“Los últimos tres metros de ese paso no pudieron, en verdad, ser más expuestos, y no me acuerdo de ningún lugar que pueda ser comparable a el”

Una hora de escalada solitaria, le llevó al Doctor, alcanzar la Cornisa. Allí descansa media hora.
Cuando hace años, escribí el relato con el que comienza este artículo, no había leído la descripción de Schulze, por lo que todo lo que cuento en el, son meras especulaciones fruto de la imaginación.
La verdad es, que una vez estudiado el del doctor, alguna vez se me ha erizado el cabello al constatar algunas coincidencias más que notables.

“Descansé media hora, para acostumbrarme a lo que me aguardaba más adelante” SCH.

“Nunca viene mal un descanso, seguramente pensaba Schulze mientras recorría tranquilamente la Gran Cornisa….”ALF.








Terminada la Cornisa, uno se enfrenta de nuevo al abismo……

“……creo que solamente el pensamiento de que por allí habían subido mis precursores me infundió ánimos, proporcionándome la necesaria resolución para adentrarme en semejantes rocas….” SCH.


“……allí hubo de echar mano de nuevo de su valor y su técnica, es indudable que a partir de ese punto su ruta enlazaba con la de sus antecesores, no obstante esos primeros pasos, abandonando la seguridad de la cómoda repisa, para enfrentarse a un terreno vertical y a un abismo de cuatrocientos metros bajo sus pies hasta el fondo de la canal de la Celada, seguro pusieron a prueba los templados nervios del teutón…” ALF.


“Los primeros quince metros consistieron en una trepada a lo largo de peñas abiertas muy difíciles y expuestas” SCH


La ruta una vez superado el largo anterior, alcanza las chimeneas, Schulze apenas dedica unas líneas a este tramo, salvo a un paso, el último de verdadera dificultad y probablemente el más difícil de toda la escalada.

La escalada por las chimeneas es un verdadero placer, también una especie de peregrinación a la esencia del alpinismo………
……… Y porque no, al alma de los Pioneros.



Decía el Maestro……..

“……a lo largo de rocas lisas y rojizas que nunca podré olvidar, las que al cabo de quince metros, empezaron a resbalar de una manera tan alarmante, que tuve que buscar mi camino hacía la derecha, por una hendidura estrecha y sumamente somera, y para remate tan resbaladiza, que sólo la absoluta necesidad me forzó a confiarme a ella”

“Saludé a todas mis amigas, las cumbres soberbias que emergían a mi alrededor bajo el sol radiante: la Peña Vieja, El LLambrión, El Cerredo La Peña Santa, aunque más altos que el pico, me aparecieron como sus vasallos, porque el Rey es aquel a quien la naturaleza distingue…… me sentí solo y abandonado y lejos de la tierra, como siempre suele pasar cuando se pierde el contacto sedante con ella, para elevarse a las regiones del más allá…….
…y rememorando las emociones experimentadas, que permanecerán para siempre grabadas en mi alma y que reviven en mi en estos instantes.”

Dr. Gustavo Schulze.
México D. F., Diciembre de 1933

Durante toda su vida llevó este apasionante personaje a los Picos de Europa en su corazón. Solo la guerra mundial y las terribles consecuencias que para Alemania trajo consigo, impidieron al Doctor volver a sus montañas. Esto último, podemos decirlo casi literalmente. Eran suyas en el sentido geológico, nadie las estudió como él y es sorprendente ver, como sus colegas actuales, le califican de genio.
Y no solo en el Naranjo dejo su impronta alpinística el Doctor Schulze, por citar algún ejemplo, pocos días antes de su escalada al Urriellu en el Tiro Tirso, trazó dos rutas una en ascenso por la vertiente Sur y la otra en descenso por la Arista Oeste


En el año 1914 partió para África, centrando sus estudios en la zona de Kenia, a estos, en principio paleontológicos, se sumaron los vulcanológicos al entrar en erupción el Oldoinyo Lengai de 2886 metros, una “rara avis”, puesto que es el único volcán en el mundo que arroja carbonatitas, lavas que prácticamente carecen de sílice. Como no, estudió su cráter y ascendió un par de veces a la cumbre.
En el año 1918 es apresado por los ingleses e internado en un campo de concentración primero en Egipto y más tarde en la India, es puesto en libertad en 1920. Nunca pudo recuperar el producto de sus trabajos durante el periodo 1914/18. Si tenemos en cuenta que durante sus campañas en la Cordillera Cantábrica pudo trabajar unos ocho meses, nadie se atreve, hoy en día, a valorar lo que se pudo perder en investigaciones y descubrimientos durante el período africano.






Genio y figura. Irrepetible.










Las fotos actuales que acompañan este artículo pertenecen a Nesi , Luis Rubio y a Paco Ballesteros . Efectuaron esta escalada investigando tanto la Ruta Schulze como la Pidal/Cainejo. Meses después, el maestro Villar ha publicado un libro extraordinario sobre esta última ruta.











Continuará... Vaya si continuará

...........Afredo Íñiguez---2009

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