OESTE DEL EIGER
Hay una montaña en los Alpes, no es la más alta, ni siquiera su altitud sobrepasa los cuatro mil metros. Sin embargo, esa cumbre, posee una pared norte que ha concitado durante gran parte del pasado siglo, la leyenda, la tragedia, la aventura, el heroísmo, la técnica y como no podía ser menos, la miseria, la especulación y el negocio. La historia de su cara norte, reflejada en cientos de artículos, desde los más sesudos tratados alpinistas, hasta el más despreciable de los tabloides amarillos. Reportajes, libros por decenas, algunos hermosísimos, ni siquiera el cine ha podido sustraerse al embrujo del que fue llamado en su momento, el último problema de los Alpes.
Vamos a subir al Eiger, vamos a darnos un homenaje.
Vamos a subir al Eiger, vamos a darnos un homenaje.
Para el que suscribe, las tierras altas de Berna, el Oberland Bernés, y los alpes Berneses constituyen el sector más bonito de todo el arco alpino. Félix Mendelsson escribía a su madre:
”Quien no haya visto el paraje de Interlaken no conoce Suiza, no hay palabras suficientes para describirlo”
”Quien no haya visto el paraje de Interlaken no conoce Suiza, no hay palabras suficientes para describirlo”
Entre los lagos Thun y Brienz se encuentra esta población de quince mil habitantes, que bien podríamos utilizar como base, si nuestra estancia en la zona va a ser de unos días. Los múltiples y tranquilos campings que la rodean, son, sin duda, una buena opción a tener en cuenta.
Es perfectamente posible además, abandonar el vehículo particular y afrontar la ascensión al Eiger utilizando el ferrocarril, desde el mismo centro de la población, cosa, que de todas maneras deberemos hacer más temprano que tarde en los parkings que los suizos habilitan al efecto.
Para situarnos en el punto de arranque de la ascensión que no es otro que el túnel del tren cremallera, que penetra en las entrañas de la montaña, a la altura de la estación Eigergletscher, disponemos de varias opciones. La más cómoda es acceder por ferrocarril partiendo de Interlaken a la población de Lauterbrunnen y de allí enlazar con el cremallera que nos dejará a pie de vía.
Es perfectamente posible además, abandonar el vehículo particular y afrontar la ascensión al Eiger utilizando el ferrocarril, desde el mismo centro de la población, cosa, que de todas maneras deberemos hacer más temprano que tarde en los parkings que los suizos habilitan al efecto.
Para situarnos en el punto de arranque de la ascensión que no es otro que el túnel del tren cremallera, que penetra en las entrañas de la montaña, a la altura de la estación Eigergletscher, disponemos de varias opciones. La más cómoda es acceder por ferrocarril partiendo de Interlaken a la población de Lauterbrunnen y de allí enlazar con el cremallera que nos dejará a pie de vía.
Lauterbrunnen y cascada de su mismo nombre.
Otra, si queréis más auténtica es desde la mítica aldea de Grindelwald. A la misma podemos igualmente acceder por medio del ferrocarril y de allí por un sendero perfectamente señalizado, una obviedad por cierto, puesto que por los prados de Alpiglen recorreremos, bajo la norte, todo el camino, durante mil cien metros de desnivel hasta doblar la arista Oeste, nuestro objetivo.
A estas alturas del relato os preguntareis por qué he elegido la Arista Oeste y no la Mittele ggi, por ejemplo, para la subida. Pues bien y sin que sirva de precedente, me voy a justificar por medio de tres razonamientos: La primera ascensión por esta vía y de toda la montaña, corresponde a uno de los guías más gloriosos de los Alpes Christian Almer que acompañado de Peter Bhoren y su huésped el irlandés Charles Barrington alcanzaron la cumbre un once de agosto del año 1858, fecha con la que muchos inician la edad de oro del montañismo, no en vano un año antes, se había fundado en Londres, el Alpin club.La razón segunda es de índole más técnico, la arista Mittellegi, tal como se encuentra actualmente,equipada con maromas en sus pasos más comprometidos y del modo en que se realiza, accediendo a la misma desde la estación intermedia del cremallera, Eissmer ,situada a 3160 metros sobre la parte superior del glaciar de Grindelwald y a una hora escasa de la cabaña Mitelleggi sobre la propia arista, desvirtúan absolutamente, la que… por otra parte, es una bellísima ascensión, si se hiciera como corresponde .Por lo cual, vámonos a los mil setecientos metros de la Oeste, disfrutemos de las increíbles vistas que de la norte, nos va a regalar y démonos, definitivamente, ese homenaje.
La Kleine Scheidegg, es la famosa estación, desde la que los turistas, durante décadas, seguían con insana avidez, las grandes tragedias de la Eigernordwand y que la película protagonizada por Clint Eastwood, The Eiger Sanction, plasmó con ironía. Por cierto durante el rodaje un tal Habeler, acompañado de otro tal Messner, se hicieron una foto con el excelente cineasta americano, habían surcado la norte en diez horas.
Bien, desde este punto, también la cara Oeste se aprecia magnífica y es aconsejable una mirada con el croquis en la mano, para memorizar algunos tramos de la ruta y darnos asimismo una idea general de la ascensión. Es por tanto aconsejable, abandonar el cremallera en este lugar y no en la siguiente estación, la Eigergletscher que como antes decíamos, es el auténtico punto de partida de la oeste, aunque en realidad esta a un breve paseo, solo unos doscientos metros por encima de la Kleine Scheidegg. Los que a pie suban desde Grindelwald no tendrán por tanto ningún problema, en acceder primero a la estación inferior.
La primera gran referencia de la arista Oeste es el Rotstock. La arista en su tramo inferior aparece hendida por una brecha, a su derecha aparece el Rotstock, como una cumbre independiente, que no os engañe su apariencia, pues tiene quinientos metros, la altura de la oeste del Urriellu. Justo dónde la roca se confunde con los prados, donde la arista va a morir, se encuentra el túnel de entrada al Eiger y el inicio de la ascensión ,a 2300 metros, por un sendero que remonta el túnel por su izquierda ,ganaremos altura, ahora por detrás del Rostock, por el sur, a remontar unas gradas y lajas cubiertas de derrubios hasta ganar un collado, que no es sino la brecha que observábamos desde la Kleine Scheidegg. Es importante este lugar, pues tiene unos vivacs que podríamos utilizar para dormir y comenzar la ascensión desde este punto, subiendo la tarde anterior y de paso reconocer tranquilamente la primera parte de la ascensión.
A estas alturas del relato os preguntareis por qué he elegido la Arista Oeste y no la Mittele ggi, por ejemplo, para la subida. Pues bien y sin que sirva de precedente, me voy a justificar por medio de tres razonamientos: La primera ascensión por esta vía y de toda la montaña, corresponde a uno de los guías más gloriosos de los Alpes Christian Almer que acompañado de Peter Bhoren y su huésped el irlandés Charles Barrington alcanzaron la cumbre un once de agosto del año 1858, fecha con la que muchos inician la edad de oro del montañismo, no en vano un año antes, se había fundado en Londres, el Alpin club.La razón segunda es de índole más técnico, la arista Mittellegi, tal como se encuentra actualmente,equipada con maromas en sus pasos más comprometidos y del modo en que se realiza, accediendo a la misma desde la estación intermedia del cremallera, Eissmer ,situada a 3160 metros sobre la parte superior del glaciar de Grindelwald y a una hora escasa de la cabaña Mitelleggi sobre la propia arista, desvirtúan absolutamente, la que… por otra parte, es una bellísima ascensión, si se hiciera como corresponde .Por lo cual, vámonos a los mil setecientos metros de la Oeste, disfrutemos de las increíbles vistas que de la norte, nos va a regalar y démonos, definitivamente, ese homenaje.
La Kleine Scheidegg, es la famosa estación, desde la que los turistas, durante décadas, seguían con insana avidez, las grandes tragedias de la Eigernordwand y que la película protagonizada por Clint Eastwood, The Eiger Sanction, plasmó con ironía. Por cierto durante el rodaje un tal Habeler, acompañado de otro tal Messner, se hicieron una foto con el excelente cineasta americano, habían surcado la norte en diez horas.
Bien, desde este punto, también la cara Oeste se aprecia magnífica y es aconsejable una mirada con el croquis en la mano, para memorizar algunos tramos de la ruta y darnos asimismo una idea general de la ascensión. Es por tanto aconsejable, abandonar el cremallera en este lugar y no en la siguiente estación, la Eigergletscher que como antes decíamos, es el auténtico punto de partida de la oeste, aunque en realidad esta a un breve paseo, solo unos doscientos metros por encima de la Kleine Scheidegg. Los que a pie suban desde Grindelwald no tendrán por tanto ningún problema, en acceder primero a la estación inferior.
La primera gran referencia de la arista Oeste es el Rotstock. La arista en su tramo inferior aparece hendida por una brecha, a su derecha aparece el Rotstock, como una cumbre independiente, que no os engañe su apariencia, pues tiene quinientos metros, la altura de la oeste del Urriellu. Justo dónde la roca se confunde con los prados, donde la arista va a morir, se encuentra el túnel de entrada al Eiger y el inicio de la ascensión ,a 2300 metros, por un sendero que remonta el túnel por su izquierda ,ganaremos altura, ahora por detrás del Rostock, por el sur, a remontar unas gradas y lajas cubiertas de derrubios hasta ganar un collado, que no es sino la brecha que observábamos desde la Kleine Scheidegg. Es importante este lugar, pues tiene unos vivacs que podríamos utilizar para dormir y comenzar la ascensión desde este punto, subiendo la tarde anterior y de paso reconocer tranquilamente la primera parte de la ascensión.
..............................El Rostock.
Con vivac o sin él, y a partir de este lugar deberemos ascender por un nevero en busca de un gran couloir que lleva directamente a la arista oeste y es la segunda gran referencia de la ascensión. Desde el pie del corredor atacar el primer resalte del flanco que lo bordea, por su izquierda. Se trata esta, de una zona intuitiva. Hay que remontar unas gradas, llenas de derrubios primero a la derecha y luego a la izquierda, pero la tendencia general ha de ser la de aproximarnos, a medida que ganamos altura, al filo de la arista. Si realizamos bien esta maniobra, incluso daremos con un sendero que nos depositará en el hombro, la Frühstückplatz a 3066 metros. En el mes de julio y entrando sobre las tres de la mañana alcanzaríamos este lugar en pleno amanecer. Increíble balcón sobre la mitad inferior de la cara norte, posee el don de equilibrar a las cordadas, todos los miembros se quedan sin aliento.
Mucha atención a esta parte de la ascensión. Al hecho de que ascendemos de noche, se suma la posibilidad más que probable de encontrar zonas verglaseadas .Cuentan, que una noche, un turista holandés dijo en Grindelwald.
“La grandeza de estas montañas tiene algo de amedrentador. Todavía de día puedo soportar su vista, pero de noche, su masa aplastante me quita el sueño” ...Bueno... era un turista ...creo.
Mucha atención a esta parte de la ascensión. Al hecho de que ascendemos de noche, se suma la posibilidad más que probable de encontrar zonas verglaseadas .Cuentan, que una noche, un turista holandés dijo en Grindelwald.
“La grandeza de estas montañas tiene algo de amedrentador. Todavía de día puedo soportar su vista, pero de noche, su masa aplastante me quita el sueño” ...Bueno... era un turista ...creo.
Nollën. Paso clave.
Por encima del hombro la cresta se empina, hay un corredor que casi pegado al filo de la arista, deberemos remontar unos cincuenta metros, a salir a un campo de nieve, para luego ir bordeando el espolón que nos cierra el paso, por su base, flanqueándolo, por la derecha, recorriendo el nevero hasta situarnos bajo otro corredor, que obviaremos, continuando nuestra ascensión siempre con tendencia al sur,nuestra derecha, hasta alcanzar otro gran campo de nieve.
Este nevero a remontar, es el que forma la gran pirámide superior de la cara oeste, entre la propia arista oeste, la arista sur y que cierra por su extremo derecho inferior, el serac que cuelga, sobre el glaciar del Eiger, perfectamente visible desde la base y otra importante referencia. Durante unos cuatrocientos metros ascenderemos por estas pendientes de unos 45º,50º, hasta alcanzar un punto que deberemos reconocer según nos aproximamos. Sattel, la Silla, bautizado así por su similitud con una silla de montar .Es simplemente una horcada que de nuevo, en plena arista oeste, vuelve a zambullirnos en la vertiginosa norte, nada menos que a la altura de la Araña, que queréis que os cuente. Lagrimina obligada por Rabada y Navarro.
Superada mal que bien la emoción, hay que continuar, de los 3668 metros de la silla, aun nos quedan más de trescientos por recorrer hasta la cima, en principio, algún tramo de roca o mixto, para luego salir definitivamente por nieve o hielo a las pendientes superiores 50º 55º, siempre cerca del filo de la arista, atención a las cornisas y ganar la cumbre del Eiger.
La cumbre, es el punto más alto de una estrecha y afilada cresta, situado treinta metros por debajo de los cuatro mil, vertiginosa, tres kilómetros más abajo, entre las puntas de los crampones, Grindelwald. Al fondo y al norte Interlaken y los lagos. Por levante el Schreckhorn de 4078 m y el Wetterhorn de 3701 pero con algunas de las clásicas en roca más potentes de los alpes. Por el sur la misma arista del Eiger parte hacia el Monch de 4099 metros y a su derecha la virgen, la Jungfrau de 4158, espléndida montaña, con rutas increíbles como la Nollën que parte como la nuestra del mismo Eigerglestcher.
SALIDAS DE LA RUTA NOLLËN AL MONCH
Por el oeste a lo lejos, el propio Mont Blanc parece rendirse a la belleza de los Alpes berneses, esta cadena, que con una longitud de cien kilómetros y una profundidad de diez a quince, diez cimas de 4000 m. y ciento ochenta de 3000, con una sucesión de fantásticas caras norte entre el Eiger y el Lauterbrunnen Breithorn, la plataforma glaciar de Concordia, que inspiro en su momento el bautismo de la del Karakorum y el propio glaciar del Alestch, el mayor de los alpinos europeos.
..................................El WETTERHORN
Este macizo que a pesar de los siempre presentes remontes de ski, telecabinas y teleféricos en las laderas, en las zonas interiores aún conserva su naturaleza salvaje, un carácter único que ignora todos los esfuerzos que se hacen para civilizarlo.
...Grindelwald. Tres KM abajo
Pero, queridos colegas, la cumbre está en el valle y deberemos bajar, extremando la atención y con tranquilidad el más de kilometro y medio ascendido, la ruta de descenso es esencialmente la misma que la de ascenso, actualmente a lo largo de la arista existen equipamientos que facilitan el aseguramiento e incluso el rápel.
Si somos prudentes nos habremos embolsado una de las más atractivas ascensiones de los Alpes.
Un guía suizo ganando la cumbre con un cliente.
La ruta gana muchísimos enteros, si se realiza con cierta carga de nieve, pienso que tal como se describe, una ascensión realizada a mediados de julio de un buen año de precipitaciones, se aproxima bastante a lo ideal, los pasos en roca no superan el tercer grado alpino. Es importante observar la vía con atención desde la base.
Desde el propio Interlaken, podemos enterarnos de las previsiones meteorológicas para varias jornadas.
Con niebla o mal tiempo pasa a ser una ruta muy complicada, de hecho, durante su descenso, se han registrado bastantes accidentes protagonizados por cordadas que habían realizado incluso la cara norte. Especial atención a las caídas de piedras. Imprescindibles crampones y piolet. Para el ascenso y el descenso entre diez y quince horas
Es una gran ascensión de estilo alpino que precisa de una buena preparación física y técnica. En el clásico libro las Cien Mejores... está situada en un término medio.La realidad es que echa para atrás a muchas cordadas, poco preparadas, acostumbradas a las cuerdas fijas, los refugios intermedios, la relativa seguridad de otras cordadas próximas o a las trincheras tipo Mont Blanc .
No es de extrañar que la pudierais realizar solos, he incluso permitiros el lujazo de abrir huella.
Os daríais, sin duda, un buen homenaje.
...............................................Alfredo Íñiguez 2006
...............................................Alfredo Íñiguez 2006
Etiquetas: Alpinismo, Historia., Literatura