- ¿Estás ahí Mezzo?
La pregunta, susurrada en la oscuridad, rompió el reposo en la habitación. Un olor a cuero viejo perfumaba la estancia.
- Sí.
- Estaba pensando… ¿Te acuerdas cuando nos conocimos?
- Pues no.
- Ahora que lo dices, no me extraña. No sabías hablar castellano ¿Verdad?
- No.
- A mí, me parece que fue ayer ¿De verdad que no te acuerdas?
- Que no, pesada.
- Pues fue en Ubiña. En el tercer Castillín.
- Yo, si lo recuerdo –respondió Bonatti.
- Y yo-dijo Kerr, el clavo.
- No me extraña Kerr, tuviste trabajo aquel día, a destajo. Lo menos, en tres reuniones.
- Y en un largo, porque estuvimos juntos los dos.-contestó el viejo mosquetón.
- Lo que pasa, Mezzo, es que estabas muerta de miedo.
- Si claro y vosotros no. Anda que no cantaba Kerr y… Galibier, la moto que os entró a ti y a tu hermana en el largo de la travesía fue de competición. El único que estaba tranquilo era Bonatti como a él le daba igual ocho que ochenta.
- A mí ni me mentes,- dijo Simond, el Ocho- menudos calentones que me hacías pillar. Si no fuera por mi menda, Alfredo te hubiera seguido estrangulando con aquello que te hacía ¿Cómo se llamaba?
- El dinámico, je, je ¿Eh Bonatti?
- Uf, no me hables, una vez casi te escurres.
- Claro manguán, te abriste.
- Sí claro, me abrí solo, por ciencia infusa…
- Mira que sois pesados, como plomos. Menos mal que estoy jubilada y ya no tengo que cargar con vosotros -terció la vieja Altus.
- ¡¡¡Coño!!! La que faltaba, la reina de la mojadura. En cuanto caían cuatro gotas te empapabas y yo me pasaba una semana tirada por el pasillo con gripe y encima oyendo protestar a Mª José, la madre de Alfredo, menudo dolor de cabos. Así estoy, con este mal color – arguyó Mezzo, la cuerda.
- La verdad es que Alfredo era un poco torpe –apuntó Kerr- Cuando descubrió que había que colocar una bolsa de plástico ya me había oxidado. Si es que no se puede salir al monte con aprendices, además, en cuanto creen que saben cuatro cosas y después de habernos machacado a conciencia… (Je, Je…Sobre todo a ti. Interrumpió Mezzo.)…¡¡¡Hala!!! Material nuevo para fardar y a nosotros que nos zurzan.
- ¿Cómo que para fardar? Lo que ocurre es que no estáis a la altura de los tiempos. Polivalencia y efectividad. Eficacia y ligereza, carrozas. La evolución de las dificultades exige nuevos materiales.
- Nuevos materiales…Nuevos materiales…Pero como se puede ser tan tonto. ¿De que vas, monstruito? Sí no sabes a que fisura quedarte. Mira listillo ¿Sabes lo que es el Rompe tobillos?... Tú que vas a saber, te pasas el día engrasándote las levas. Era un pasaje que no tenía nada y a mí me ponían a trabajar nada más salir de la reunión ¡¡¡Y se fiaban de mí!!! ¡¡¡Y siempre me llevan de excursión!!! Y a ti y a toda tu raza os miran de reojo. Sí, sí… Mucho amigo, mucho amigo, pero en cuanto ven un puente de roca van de cabeza a por él. Y vete preparándote lumbrera, acaban de salir unos cacharros, que cada uno hace tu trabajo y el de tus cuatro hermanos y además, de tu puñetera especie ¡¡¡Para que te fastidies!!!
El pequeño de la familia Bicoin, como veis, tiene muy mala leche. El caso es que me quedé sin pilas y no pude grabar más. Pero pienso repetir el experimento.
Tras unos meses analizando la cinta anterior y tras el éxito obtenido en diversos foros internacionales decidí fundar el instituto H.A.P.A.G.A. (Himbestigaciones alpinistas para anormales de Gijón y alrededores)Tras una memorable presentación en sociedad, donde los fantasmas camparon por sus fueros (Fantasmogénesis habitual en las sidrerías gijonesas) y que presidió el gran Friquer Jiménez-socio de honor- decidimos, a pesar del riesgo para nuestra integridad, repetir el experimento en el refugio de Urriellu.
Quiero agradecer públicamente al Guarda, Tomás, y al resto de sus colaboradores.: Guardeses y Guardesas, que nos permitieran acceder a la estancia superior del refugio, las habitaciones, antes de que diariamente y como es de recibo arrancharan la instalación.
Lo primero que observamos los himbestigadores al remontar con nuestros equipos las escaleras hacía la primera planta no fue, como en ocasiones reconocidas, un cambio de temperatura. No, el ambiente trascendía a la percepción olfativa. Peldaño a peldaño el olor a queso de Cabrales, hubo quien reconoció matices de Gamoneu, impregnó las pituitarias de toda la expedición, obligando a un miembro, muy afectado. a utilizar equipo de protección. (Era nuevo y en vez de mascarilla se puso una goma, el miembro , off course).
Interrogados los guardas sobre el fenómeno, todos confirmaron que no habían servido queso en la cena del día anterior. Un indicio claro y para anormal que animó nuestros aguerridos pasos.
Tras acceder a las habitaciones decidí, como director del equipo, colocar las grabadoras en la habitación dedicada al maestro Pedro Udaondo y hapagamos la luz.
Transcripción de las grabaciones obtenidas:
Litera 7- ¡Ay madre! no recupero la espuma en dos semanas.
Aquí se empezaron a acumular una suerte de parásitos en las grabadoras. Y aunque es difícil de cuantificar las pchicofonías de fondo, creemos discernir el siguiente mensaje:
-zzzphhh….Me laaargooo…sszzzphhh….Me vooooy a vivaqueaaaaar al Rompetobiiiiillos un meeeeees…phhhhzzzzzzzssssssssss
..................................Alfredo Íñiguez 2009
Siempre he pensado que si las botas de los montañeros pudieran hablar,estoy seguro que,por todas las vicisitudes que las hemos hecho pasar durante años,se acordarían,por no decir otra cosa,de los progenitores de cada uno de nosotros.Por eso,al menos yo,a las mías no las pregunto nunca nada.Por si acaso.
ResponderEliminarEnrique.